RELATO DE UN MISTERIO


Describir, sin entrar en valoraciones, lo ocurrido a lo largo de todo este tiempo es una labor complicada. Sin embargo, en este apartado trataremos de hacer un relatorio cronológico de cómo se produjeron los hechos tratando de no juzgarlos, exponiéndolos tal y como residen en nuestra memoria, puede que no se consiga, pero es nuestra forma de contar una historia, una triste historia.

El 14 de agosto de 1996, María José Arcos se encuentra en la playa de Abelleira (Esteiro) en compañía de su hermana Rosa y de sus sobrinos David y Xabier. Ha llegado por la mañana. Anuncia su intención de volver a Santiago por la tarde y se lleva consigo en el viaje de regreso a su sobrino y ahijado Xabier.

Lo más significativo de esta jornada es que charla animadamente con su hermana sobre su intención de pasar los días siguientes, sus últimos días de vacaciones, en la playa con unos amigos. Se ha comprado un biquini nuevo de color salmón. También conversan sobre asuntos de relacionados con el trabajo de ambas y que María José quiere resolver el día 19 cuando se reincorpore al mismo.

A su llegada a Santiago se dirige a la peluquería. Luego de arreglarse el pelo sale con dos amigas a tomar algo en una terraza muy céntrica de la ciudad de Santiago. A una de ellas le explica nuevamente cuales son sus planes para los próximos días, salir hasta el día 18 en compañía de un amigo. En este contexto, le indica que va a llamarle para confirmar el viaje; se levanta, va a un locutorio telefónico y vuelve pasados unos minutos. Comenta que ha hablado con él pero tiene que llamarle de nuevo más tarde.

Sobre las 22 horas llega a casa de su madre, con la cual convive, y nuevamente le explica a ésta sus planes de estar fuera hasta el día 18. Se dispone a preparar la ropa para esos días y poco más tarde suena el teléfono. María José contesta la llamada en el teléfono situado en el recibidor, al poco rato regresa a la cocina donde se encuentra su madre, coge un cigarrillo, lo enciende y vuelve junto al teléfono cerrando la puerta tras de sí. Pasados más de 20 minutos entra nuevamente en la cocina y con una expresión que pretende ser natural dice: "Mama, no te preocupes, me voy y vengo mañana. He cambiado de planes".

Día 15 de agosto de 1996, sobre las 12 horas María José sale de casa conduciendo su vehículo, habla con su madre de la cual se despide y nuevamente le insiste: "Ya te dije que vengo esta noche". Esa noche no volvió.

El domingo día 18 se recibe una llamada de la Guadia Civil en el domicilio de María José advirtiendo de que el coche está estacionado desde hace días delante del Faro de Corrubedo, cuestión que les ha sido comunicada por los encargados del faro. A última hora de la tarde se desplazan hasta ese lugar sus hermanas Manuela y Rosa, comprueban que se trata del vehículo de su hermana María y que no presenta ningún signo externo de haber sido forzado, robado etc. Sin embargo llama la atención que en la parte posterior del asiento del copiloto se ven con claridad y en perfecto orden la mochila con la ropa de playa, encima el bolso de María José y cubriendo ambos una chaqueta tipo impermeable de verano que solía usar en esa época, perfectamente doblado. También hay un pañuelo de mujer atado en la manilla de la puerta del conductor.

Inmediatamente se procede a tratar de localizar telefónicamente a María José, no fue posible hablar con ella, pero sí con una amiga que dice saber donde está y se compromete a localizarla. Pasadas unas horas sigue sin ser posible localizar a María José, la persona con la que debería estar -según su propio relato a la familia- "hace semanas que no la ha visto y no sabe nada de ella".

Ya de madrugada la familia decide proceder a la denuncia de la desaparición de María José, formalizándola ante la Policía Nacional en Santiago y la Guardia Civil de Ribeira.

En la mañana del 19 de agosto, efectivos de la Guardia Civil proceden a la apertura y registro del vehículo, según el informe que obra en al expediente judicial: dentro del coche no se encuentran "huellas latentes". En el interior de la mochila se encuentra una toalla de playa, un pareo y un neceser con cosméticos, peines etc.; en el bolso se encuentra la cartera con toda su documentación personal (DNI, carnet de conducir, tarjetas de crédito …) dentro de la cartera también se encuentra una pequeña cantidad de dinero, el bolso contiene además: una agenda personal, el tabaco, el mechero y el estuche de las gafas de sol.

Esa misma tarde, la Guardia Civil hace entrega de todos los efectos personales así como del coche a la familia. Al entrar en el vehículo para traerlo de regreso a Santiago, su hermana Rosa que mide cerca de 12 centímetros más que María José, no es capaz de alcanzar los pedales puesto que el asiento del conductor está excesivamente retirado; también se dan cuenta de que la radio está encendida. Detalles importantes en los que nadie había reparado y que lógicamente se ponen en conocimiento de la investigación.

De inmediato se pone en funcionamiento el dispositivo de rigor para la búsqueda por tierra y mar de María José en el entorno del Faro de Corrubedo: Guardia Civil, Protección Civil, Cruz Roja, Cruz Roja del Mar, Grupo Especial de Submarinistas, voluntarios e infinidad de familiares y amigos participan en una búsqueda que se extenderá más de un mes y medio.

Mientras, en Santiago de Compostela, y ante la Policía Nacional comparecen de forma voluntaria varias personas: su hermana Rosa, su jefe y compañero de trabajo y la amiga con la que había estado la noche del día 14. Todos ellos informan de lo que conocen acerca de las intenciones de María José y de lo que han podido saber tras ponerse en contacto y hablar directamente con la persona con la que había quedado de estar el día 15 de agosto. De estas comparecencias no existe constancia porque la investigación decidió que las mismas no fuesen tomadas por escrito. Este hecho se repetiría en días posteriores, las declaraciones de la familia y amistades de María José no fueron tomadas por escrito hasta casi un mes después de la desaparición.

El día 21 de agosto se producen dos hechos importantes el primero en Corrubedo: la Guardia Civil mediante la toma de declaraciones a testigos consigue determinar cuando fue estacionado el coche en el faro: la madrugada del día 16 entre las 3 y las 7 de la mañana. El segundo hecho relevante se produce en Santiago: luego de varias conversaciones previas con él, de las cuales no ha quedado más constancia que lo que verbalmente se comentó de ellas a la familia, la Policía Nacional decide tomarle declaración escrita por primera vez al individuo con el que se supone que María José debía de haber pasado 15 de agosto. Dicha declaración es sustancialmente diferente de lo declarado verbalmente tanto a la familia, a amigos y amigas de María José e incluso a la policía en días anteriores. No sería la única declaración, y las posteriores –escritas o verbales, a la familia o a la policía- tampoco fueron iguales a la primera.

Ese día también se le toma declaración por escrito a una amiga de María José, a quien ésta había contado sus planes y otros aspectos relevantes de su relación con la persona con la que había planificado sus vacaciones. Todos los detalles contenidos en esta declaración fueron corroborados por diferentes testigos y pruebas aportadas por la familia.

Según van pasando los días, familiares y amigos recaban más información sobre María José, sus planes, sus circunstancias personales en el momento de la desaparición, las personas con las que ha estado, con las que ha hablado … Todo ello es puesto en conocimiento de los responsables de la investigación.

Por su parte tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil hacen sus propias averiguaciones y, determinadas informaciones son trasladas a la familia. Las hipótesis de trabajo se centran en: un suicidio en la zona de Corrubedo o la marcha voluntaria. La familia por su parte y a la vista de todo lo que se sabe se niega a aceptar dichas hipótesis.

El 28 de agosto se llama a declarar a las dependencias judiciales al hermano de la persona que supuestamente había quedado el 15 de agosto con María José. Esta declaración, si bien a grosso modo coincide con la del hermano, viene a aportar una serie de datos y referencias que el primero fue incapaz de precisar. En la declaración se recoge con mucho más lujo de detalles los movimientos, y actividades realizadas entre los días 14 y 18 de agosto. Aún así, existen diferencias y contradicciones entre estas dos declaraciones, siendo la segunda –como ya se ha dicho- curiosamente mucho más completa y prolífica en detalles que la primera.

La policía sigue manteniendo, sin que figuren en ningún papel, contactos con él, llamadas y conversaciones, según informan a la familia "para aclarar dudas" pero la postura oficial es que "estamos tratando con una buena persona, que está colaborando mucho y no hay datos suficientes para sospechar que tenga nada que ver con la desaparición de María José". La policía mantiene que se trata de un suicidio, pero ante la insistencia de la familia no deja de lado otras líneas de investigación.

En este contexto, la policía habla y en algún caso toma declaración a diversas personas, que aun no estando directamente relacionadas con María José, pueden dar testimonio de algunos de sus movimientos en los días previos a su desaparición. También se toma declaración a otras personas del entorno de la persona que debía estar con María José el día 15.

El día 3 de septiembre, el supuesto acompañante de María José, accede a entregar a la policía diferente documentación relativa al registro de sus llamadas telefónicas y a sus actividades económicas. También voluntariamente solicita el registro de su domicilio, el cual se efectúa en presencia de dos testigos aportados por el interesado.

El día 5 de septiembre, declara nuevamente por escrito y por primera vez reconoce que sí estuvo con María José el lunes anterior a su desaparición y que sí hablo con ella la noche del día 14 "aunque solo fue para decirle que no iría con ella a la playa al día siguiente".

Con todo ello la policía insiste en sus hipótesis, y en la inexistencia de indicios para mantener abierta la investigación. En este intervalo la familia mantiene una entrevista con el entonces Delegado del Gobierno en Galicia que se limita a respaldar la tesis policial de suicidio, invitándonos a "esperar que el mar nos la devuelva". Según ellos no existe caso, porque nada ni nadie contradice las declaraciones del sospechoso. Es cierto, no existe ninguna declaración que lo contradiga porque ellos no se han molestado en ponerlas por escrito.

El día 12 de septiembre, Rosa Arcos Caamaño comparece voluntariamente en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago para prestar declaración.

El día 13 de septiembre, Manuela Arcos Caamaño comparece voluntariamente en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago para prestar declaración.

El día 16 de septiembre, Roberto García González, amigo y jefe de María José comparece voluntariamente en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago para prestar declaración.

Días mas tarde Purificación Caamaño Garcia, madre de María José comparece voluntariamente en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago para prestar declaración.

En este punto, las contradicciones existen, están escritas y son más que evidentes, no obstante la postura oficial no varía, la postura de la familia tampoco. Es entonces cuando se toma la decisión de pedir ayuda a otras instancias, se hace llegar el caso al Ministerio del Interior y tres días después la familia es recibida por el Secretario de Estado para la Seguridad en su despacho de Madrid.

La entrevista en la que participan dos miembros de la familia y dos amigos de María José, no está exenta de cierta tensión, pero aún así el Secretario de Estado se muestra en todo momento comprensivo y paciente, teniendo un gran interés por conocer todos los detalles de mano de la familia. Casi tres horas de intercambio de opiniones en las que no puede dejar de mostrar su perplejidad por cuanto está escuchando y finaliza la misma adquiriendo un compromiso: enviar a agentes de una brigada especializada para que confirmen los datos que se le aportan y, en el caso de que se confirmen las sospechas expuestas, la investigación pasaría a llevarse directamente desde la Brigada Central de la Policía Nacional en Madrid.

Dos agentes del Grupo Especial de Desaparecidos de la Brigada Central de la Policía Nacional se desplazan a Santiago. Hacen dos viajes en un corto intervalo de tiempo. Realizan su investigación, emiten su informe y desde esa fecha la investigación se dirige desde Madrid. En un primer momento con la intervención de este Grupo Especial pasando posteriormente al Grupo de Especial de Homicidios y Crimen Organizado.

Todo esto provoca nuevas investigaciones, nuevas declaraciones, más información (tanto de María José, de la familia, de los amigos y del sospechoso), más registros (en el domicilio de María José que hasta la fecha no había sido revisado por la policía, en el vehículo mediante un sofisticado sistema de detección de huellas y fibras, en el lugar de trabajo tanto en la Xunta como en el Sindicato…). Todo esto concluye con la aportación al expediente de un informe policial en el que se descartan como hipótesis de trabajo la desaparición voluntaria o el suicidio, centrándose la investigación en una posible acción violenta con resultado de muerte, en la que necesariamente concurre la participación de terceras personas.

El día 7 de julio de 1997 se producen las primeras declaraciones judiciales estando presentes el fiscal y los abogados de la familia.

En su declaración ante el fiscal el sujeto que debía haber estado con María José el 15 de agosto, reitera que no la vió ni habló con ella pero incurre nuevamente en contradicciones con sus anteriores declaraciones hechas ante la policía.

El resultado es que tenemos una versión diferente de los hechos por cada una de las declaraciones que se le han tomado por escrito, a la que hay que sumar la de su hermano que tampoco coincide con ninguna de las antedichas y a las que podríamos añadir las transmitidas de forma verbal a la policía y a diferentes miembros de la familia y amigos de María José.

Muchos detalles que no cuadran o no tienen explicación: la falta de huellas en el coche, la hora de estacionamiento del vehículo, la posición del asiento del conductor, los objetos personales que faltan y que no es posible llevar puestos simultáneamente (unos zapatos y unas zapatillas, un biquini y un bañador, una toalla de playa, un pantalón corto con camiseta y un traje de pantalón largo…), la nota encontrada dentro del coche con dos números de teléfono, la nota encontrada en el monedero de María José con el teléfono del sospechoso, la llamada telefónica realizada desde el locutorio telefónico, la recibida en casa de María José por la noche, el cambio de planes repentino, los movimientos en las cuentas bancarias de María José, las llamadas anónimas para despistar las investigaciones, porqué llevaría una persona puestas las gafas de sol a las tres de la madrugada, porqué un fumador dejaría el tabaco y el mechero en el coche, porque uno se molestaría en limpiar sus huellas de su propio coche, dónde están las llaves del coche si es evidente que no fue robado, porqué el Faro de Corrubedo si es un lugar que no guarda relación con la vida de María José…

Todavía no tenemos respuestas.

Existe a mayores un dato que a pesar de la necesaria cautela con la que hasta la fecha se ha manejado, está ahí: la posible implicación de la misma persona en una desaparición denunciada en el año 90. Al ser datos relativos a otras personas y a otra familia, el respeto hacia ellos nos lleva a no revelar en ningún momento su identidad. Pero existe un expediente, al cual hemos tenido acceso a través de la propia familia y en el mismo se le ha tomado declaración a "nuestro sospechoso" por haber sido el último con quién se vió a la persona cuya desaparición fue denunciada.

¿Puede ser el destino tan puñetero como para colocarnos dos veces en el lugar equivocado y a la hora equivocada?. Puede la mala fortuna perseguir así a una persona? Es posible que existan casualidades de este estilo?. Cuál es el índice de probabilidades de que choquemos dos veces en seis años con el mismo conductor?. Cuál es el índice de probabilidades de que nos toque dos veces en seis años el mismo numero del cupón de la ONCE?. Cuál es el índice de probabilidades de que la vida nos coloque en la misma situación rocambolesca?. Hagan ustedes los cálculos y saquen sus propias conclusiones. ¿Será necesario un tercer caso?.

La investigación sigue abierta, María José sigue desaparecida y no existe ningún tipo de imputación o detención hecha a lo largo de estos años por todo cuanto se ha relatado. Es una situación casi incomprensible ¿verdad?. La cuestión radica en varios puntos:

  • Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
  • La desaparición es una situación que jurídicamente no implica ningún delito.
  • La mentira, al parecer, tampoco debe estar tipificada en el Código Penal.
  • Mientras no hay un cuerpo no existe delito.

La lucha sigue, saber quién saldrá vencedor de esta contienda es difícil, solo esperamos que se imponga la razón: normalmente las cosas son lo que parecen, no tratemos de buscar explicaciones peregrinas a lo que son hechos evidentes.