DESPUÉS DE SIETE AÑOS...
Después de siete años de lucha no hemos conseguido nada, esta es la triste realidad. Hemos llamado a casi todas las puertas, hemos pedido, gritado, exigido, suplicado en todas las instancias políticas, judiciales, policiales..., pero nada. La Policía, que debería velar por nuestra seguridad, se dedica a labores de protección de políticos o guardia en edificios oficiales. Los jueces y fiscales que nos han tocado en suerte, y que deberían trabajar para que los criminales acaben en la cárcel, están demasiado ocupados en cuidar su imagen, su prestigio de casos cerrados aunque sea en falso. Los políticos están demasiado ocupados en tramas inmobiliarias y en desacreditar al "enemigo" político. Este país es una vergüenza. Y mientras, personas como María José desaparecen, no por propia voluntad, sino por ser "objeto de una acción criminal", según el informe policial; pero eso no parece importar a nadie. Por las calles anda suelto un individuo que ha matado a María José, pero dispone de toda la protección necesaria por parte de las autoridades; parece ser que no se puede molestar a un "ciudadano respetable" solo porque existan sospechas fundadas de que ha matado a alguien. Lo más indignante es que, según todos los indicios no es la primera vez que mata; pero eso tampoco le importa a nuestros jueces y fiscales. Para ellos lo importante no es que un asesino ande suelto, sino que los procedimientos se realicen correctamente; no importa que no se haya hecho nada en la dirección adecuada, no importa que aparezcan nuevos indicios, nuevos datos, nuevos razonamientos, solo importa que la instrucción del expediente es correcta y "caso cerrado, no hay nada que revisar"...; sigue siendo un ciudadano "respetable". ¿Tan respetable como los asesinos en serie que tienen enterradas a veinte personas en su jardín?. ¿Cuántas personas más tienen que desaparecer para que decidan actuar con rigor? ¿A quien pedirán responsabilidades los familiares de las posibles nuevas víctimas?. En estos días hemos denunciado esta situación (adjuntamos los escritos, aunque por razones obvias se han eliminado algunos datos) ante el Fiscal General del Estado, el Consejo General de Poder Judicial y ante el Valedor do Pobo, con la esperanza de que hagan lo necesario para que podamos llegar al final de esta pesadilla, de esta muerte lenta a que nos condena un asesino, con la connivencia de las autoridades políticas, judiciales y policiales. |